La uña
En marzo de 2005 sufrí un pequeño accidente «en cadena»...
Yendo por una oscura carretera de noche un tejón se cruzó en mi camino y sin que yo pudiera evitarlo lo atropellé. Mi coche sufrió daños en la goma de la gasolina, que va del depósito al motor, y tuve que llamar a una grúa para poder salir. Doy las gracias a la benemérita por identificar el cadáver del susodicho tejón, y por determinar que lo que perdía mi coche era gasoil.
Mientras llegaba la grúa salí del coche un momento y cerré la puerta, pero me di cuenta de que algo iba mal, algo se había quedado atrapado en la puerta impidiendo que yo pudiera desplazarme. Ese algo era mi dedo índice derecho, y cuando dije que cerré la puerta se quedó completamente cerrada. Duele, sí, pero lo peor es saber que había perdido una uña, que estaría 6 meses jodido y sobre todo haber hecho el idiota así.
Por cierto, la foto la hice a los 3 meses del accidente, tras recortar parte de la uña vieja para sacar la sangre seca que aún había debajo.